En los últimos 50 años, la Reserva Buenavista ha estado afectada por distintas actividades: agropecuarias, explotación maderable, ubicación de antenas de comunicación en las partes más altas de la montaña, construcción de vías y otras obras de infraestructura, y el avance de asentamientos humanos.
Todos estos anteriores procesos, se han vuelto factores de la reducción de cobertura vegetal y consecuentemente la disminución de poblaciones de fauna asociada, procesos de erosión, deslizamientos, cambios en la estructura y función de los ecosistemas, pérdida y deterioro de caudales de las microcuencas Parrado, Maizaro y Buque.