El Ecobarrio San Antonio, reconocido por su enfoque en el desarrollo sostenible y la conservación de la biodiversidad urbana, fue el escenario de la tercera parada de la Ruta de la Cooperación Sur-Sur. Este evento, organizado por la Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia (APC-Colombia), la Agencia Turca de Cooperación y Coordinación (TIKA) y el Departamento Administrativo de Gestión del Medio Ambiente (DAGMA), destacó proyectos ambientales exitosos promovidos a través de la cooperación internacional.
Bajo el título “Del aprendizaje a la acción: proyectos ambientales exitosos en la cooperación Sur-Sur”, la jornada se centró en el proyecto Mochilas Forestales, una iniciativa de cooperación entre Colombia y Perú que ha implementado prácticas sostenibles para la gestión de reservas forestales y la protección de la biodiversidad en Cali. Durante el evento, los participantes analizaron los factores de éxito del proyecto y debatieron su posible réplica en otras zonas urbanas.
El Ecobarrio San Antonio, ubicado en una de las áreas más tradicionales de Cali, ha sido transformado en un modelo de desarrollo urbano sostenible, integrando la naturaleza con la vida cotidiana de sus habitantes. Este espacio, que fusiona prácticas ambientales con un enfoque comunitario, ha sido reconocido por su respuesta a los desafíos del cambio climático y la degradación ambiental.
El evento contó con la presencia de representantes de la Alcaldía de Cali, el DAGMA, TIKA, APC Colombia y delegados internacionales, quienes subrayaron la importancia de la cooperación Sur-Sur y Triangular como herramienta efectiva para impulsar iniciativas locales en favor de la sostenibilidad. Se destacó la experiencia del proyecto Mochilas Forestales, que ha dotado a las comunidades locales de herramientas prácticas para proteger los ecosistemas y gestionar de manera sostenible los recursos naturales.
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Uno de los momentos más destacados del encuentro fue la entrega simbólica de mochilas forestales por parte de TIKA y APC Colombia a los beneficiarios locales, herramienta clave dentro del proyecto que facilita la participación comunitaria en la conservación de áreas protegidas. Además, los asistentes realizaron un recorrido por el Ecobarrio San Antonio, donde observaron los avances logrados en la regeneración de la flora y fauna locales, producto de la aplicación de prácticas sostenibles.
Durante la jornada, comunidades locales compartieron sus experiencias y resultados, destacando la importancia de la educación ambiental y la cooperación internacional para mejorar la calidad de vida en su barrio. Los testimonios evidenciaron cómo estos proyectos no solo contribuyen a la preservación del medioambiente, sino que también promueven un sentido de responsabilidad colectiva hacia la sostenibilidad.
La tercera parada de la Ruta de la Cooperación Sur-Sur concluyó con una reflexión sobre futuras oportunidades de colaboración internacional. Los participantes identificaron nuevas áreas de trabajo conjunto y discutieron cómo las lecciones aprendidas en el Ecobarrio San Antonio y el proyecto de Reservas Forestales pueden replicarse en otros contextos, tanto en Colombia como en otras regiones del Sur Global